Sábado en Queveda, con Soledad Luna

Terraza del restaurante Las Quintas

Ayer nos fuimos a otra excursión a Cantabria. Esta vez fuimos a un pueblecito llamado Queveda, cerca de Santillana del Mar. A esta última, por cierto, la llaman la villa de las tres mentiras, porque ni es Santa, ni es Llana, ni tiene Mar.

Pero tiene estas "corbatas" que no son pa traje, sino para endulzar el paladar.

Y estos chorizos, asturianos por cierto, que nos hicieron "degustar".



La mañana calentó gracias a un delicioso desayuno de chocolate espeso con "sobaos" (una especie de panetela), seguido de una charla para vendernos una vaporeta que según cuenta la magnífica comercial que tienen es casi la "robotina" de los "jetsons" - que ganas tenía de comprármela!

Luego pasamos por una tienda de pieles, en la que no pudimos resistirnos a comprarnos par de carteras preciosas a precios módicos (estas no eran de piel, claro), pero pasamos de los superabrigos de cuero, que "en oferta" cuestan todos más de 200 euros.

De la tienda nos llevaron al comedor, un salón enorme con pista de baile. El menú no fue tan abundante como en la excursión anterior, pero para los solo 10 euros que habíamos pagado estuvo genial. Luego hubo baile - yo me sume al final a la "conga", sólo pa dar un poco de brincos, porque soy muyyy patona (aunque aquí no se enteren mucho).

Como colofón, disfrutamos de la genial actuación de Soledad Luna, una cantante de coplas con una magnífica voz y con mucha gracia y salero, que además tiene una divertidísima vis cómica. Es una pena que sólo pueda traerles una foto y no un video, porque habría valido la pena que pudieran disfrutar de su interpretación de "La Carmen de España", en la que cambiaba la estrofa de "tengo fuego en las pestañas" por "tengo fuego en la ... castaña" dicho por el público muerto de risa por el doble sentido. Y sus chistes, y su energía, estas mujeres tienen algo especial, que sólo se aprecia bien cuando las ves en vivo y en directo.

Soledad Luna

Aunque el día estuvo triste y oscuro - eso de que "no hay sábado sin sol" no se aplica por estos parajes - lo pasamos divinamente. Me recordó mucho esos restaurantes con show incluido que abundan en La Habana aunque se haya hecho tan difícil el acceso a ellos. Poco antes de venir estuve en uno en Prado, cuyo nombre no recuerdo, con espectáculo flamenco, pero ya se pagaba en "fulas".