Cuando salí de La Habana si que me despedí de mucha gente (entre ellas mi madre, a quien no volví a ver), pero prometí a mis amigos de toda la vida que yo no me tomaría la clásica y proverbial coca cola del olvido. No lo he hecho ni pienso hacerlo, no me gustan ni la coca cola ni el olvido. Sin embargo, ahora con los blogs la saturación de recuerdos es por momentos tal, que me dan ganas de tomarme un tonel de ese líquido corrosivo que borra la memoria, o bañarme en él para limpiarme de todo mal. El recuerdo a veces acaricia, pero otras veces hiere. Por momentos es un dulce sueño del que no quieres despertar, pero al rato se torna en pesadilla de la que quieres escapar a toda prisa. Sin embargo, si olvido, ¿no dejaré de ser yo? ¿y quien seré entonces?
Ayer conversaba con una prima que vive en Canarias con su hijo. Hace poco que llegó, atrás quedó su otra hija, con su nietecita de dos años y la nostalgia la está matando. Mi prima - prima hermana de mi madre - tiene ya cerca de 70 años, le tiene pánico a los aviones, y su hijo médico viaja a Madrid constantemente por su trabajo, de modo que se queda sola y angustiada en una casita aislada, algo alejada de la ciudad, así que se imaginarán como se siente. Yo la había invitado a venir a pasarse un mes con nosotros, a conocer Oviedo y Asturias. Así aprovechaba yo también para pasear, visitar de nuevo lugares que vi cuando llegué pero a los que no he vuelto, hacer fotos para mis visitantes blogueros. Llevábamos días limpiando y acondicionando la casa, para dejar libre mi cuarto - yo me trasladaría al de mi hija - y con tremenda ilusión por su llegada, que debió ser hoy. Pero resulta que ayer me llama, que se ha puesto mala con gripe y una urticaria, con fiebre y mucho malestar y no puede venir. Nos cayó un jarro de agua fría, pero en otra ocasión será.
Y esto ¿que tiene que ver con la coca cola? se preguntarán ustedes. Pues que ayer ella me dijo por teléfono: tal vez nos veamos dentro de unos años en La Habana, tranquilamente, todos juntos de nuevo. Pero yo no pude menos que preguntarme: ¿es eso lo que quiero? Pues si, como fin de semana, vacaciones, tal vez, pero no es mi deseo volver a vivir en mi tierra. Entonces ¿por qué "cojo lucha"? Pues porque simplemente creo que los que se quedaron allá no son menos que ninguno de nosotros, y tienen derecho a ser libres, nada más.
Ahora bien, para concentrar mis energías en el presente y trabajar por mi futuro, empezaré a tomar un poquito del líquido infinito que no me gusta, como quien toma un jarabe desagradable para una tos molesta. Pero eso no significa que no siga deseando lo mejor para Cuba y mi gente, que siempre lo serán.
el Mar, el mal, el mar, Ermar Ermal
Hace 9 horas
11 comentarios:
Rosita:
Te siento nostalgica y triste, asi mismo me siento yo muchas veces, deseperada tambien, esas palabras en unos años en La Habana es algo que yo añoro y respiro, al igual que tu nunca olvido a los de alla y los ayudo como pueda.
Siento tu prima no pudo venir a visitarte, quizas puedas tu ir a verla pronto.
Un Beso, no te desanimes.
amiga; como que esa chispita bloguera
anda triste... Siento lo de los planes a mi
me ha pasado y es horrible como dijera mi
abuelita que en paz descanse: "uno pone,
Dios dispone, llega el malo y todo descompone"
Vas a ver que pronto se recupera y la tendrás
contigo. Ánimo muneca
No bebo cola cola, solo en determinadas ocasiones en verano. No tengo nada en contra del origen del liquido, aclaro, en realidad no me gustan esas bebidas llenas de azucar, y gas,, a mi con un buen vaso de agua fresca estoy bien lo demás me sobra.
Como medicina para olvidar, creo será difícil , la mejor medicina sería hacer como la historia de las tres Monas ,
no escuchar,
no ver,
no hablar
y no bloguear -la nueva Mona-
Como ves será dificil...
SALUDOS DESDE ITALIA
Rosita, no creas que no querer vivir allá nuevamente sino sólo querer ir por poco tiempo es olvidar, claro que no.
Tus recuerdos, tu pasado, tus amigos, tu vida en Cuba no te la quita nadie, ni la coca cola ni la fanta ni el jugo de naranja de donde vives ahora.
A mí el sabor de la coca cola dispensada me gusta, no así la embotellada, ni siquiera el refresco negro que daban en la escuela de merienda cuando era chiquita... te acuerdas??
Creo que los blogs nos han dado una fuerza más (y también nos han hecho más vulnerables pero sobre todo más realistas, más actuales, más informados, y eso hay que festejarlo!) para creer que TIENE que cambiar aquello, de una vez, por el bien de los que aun quedan allí y no pueden ser libres como quisieran...
Por ellos, es que blogueo también.
Un beso, y levanta el ánimo, muchacha!!!!
Gracias a todos por los ánimos. María, tu amigo tiene al menos la suerte de contar con tu amistad. Vana, lo de ir a ver a mi prima por ahora va a estar difícil, con qué se sienta la cucaracha? (otro dicharacho, no se si lo conoces). Dianita, ya me recupero, es que me desespera ver como se degrada aún más la situación y saber que no se puede hacer nada, o mejor dicho, como dice Agu, podemos al menos bloguear en nombre de tantos que no pueden hacerse oir. Gaviota, tendré que seguir sufriendo y disfrutando esto del blogueo, ya me picó el bichito y no tiene remedio.
En cuanto a la Coca Cola, aclaro que yo tampoco tengo nada contra ella ni contra sus inventores, solo que no me gusta ningún refresco con gas, prefiero como Gavi el agua, o una buena limonada. Pero como es un dicho popular por allá para describir la reacción de aquellos que cuando se van no se acuerdan - o hacen como que no se acuerdan - de los que quedaron, lo usé para ilustrar un poco lo que sentía ayer. Pero yo siempre he sido positiva, y esto de tener amigos que no conozco ni me conocen pero se preocupan por animarme no tiene precio. Ya me siento mucho mejor, gracias de nuevo. Besos y abrazos a todos.
Ánimo Rosa.
¿Qué te puedo decir?
¿Coca cola?
¿Gas, soda
desilusión,
tristeza y moda?
No te preocupes.
No siempre será gris,
aquel país.
Un abrazo¡
Si Amaury, lo gris no pega allí, pero ya ves que no hay quien levante los nubarrones. Pero sigamos mirando a la luz, lejana pero certera, que algún día tendrá que llegar y acabar con el "apagón" histórico en el que los Castro y compañía nos han mantenido. Gracias por pasar y comentar. Un abrazo.
un chiste para que levantes ese animo...
tenia en la Habana un amigo dependiente que al ofrecer el agua embotellada decía ceremonioso al cliente:
Con gas o sin el...?
cuidate tony.
hola Rosa, te dejo un cuento que me regale a mi misma en Mayo pasado,
El refresquito prieto.
un abrazo, maylin.
se me quedo en word esto que es lo principal.... OJALA TE SIRVA HOY PARA LENVANTAR EL ANIMO Y LOS RECUERDOS,
porque ellos siempre sean tan originales como la gente de BIEN, la familia y los amigos,
No te aflijas porque recordar de alguna forma es también, una vía para volver.
saludos, maylin.
Tony, nuestro compatriotas siempre sin ... y ahora más, pero siguen riendo, aunque sea la risa del payaso triste. Maylín, que buena esa historia, me has emocionado, ya te dejé un comentario por allá. Tienes razón, los recuerdos son el puente que nos permite el regreso impisible y a la vez palpable. Gracias muchas a los dos.
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