Mi arbolito, de los "chinos"
Ayer también leí las impresiones de Ivis que está ahora en La Habana y se topó con Yoani, vio que no era una marciana, y que se siente sola y amenazada, como es de esperar. Por eso, a pesar de los troll y de todos los comentarios absurdos en su blog, yo le sigo comentando a cada uno de sus magistrales posts, y me hago eco de ellos a menudo. Desde aquí, aunque no lo lea, le digo que estoy con ella, cosa que es fácil desde este lado, pero es todo lo que puedo hacer.
Cuando nací en el año 62 ya en la isla de las prohibiciones la Navidad había sido desterrada, no se podían tener arbolitos ni nacimientos. Aún así, hasta mis cuatro años en mi casa aún se comían turrones, y con las campanadas las 12 uvas. Supongo que aún entraban suministros a algunas tiendas. Por esa época también solía ir con mi abuelito al Ten Cent de Galiano donde él me compraba "besitos de chocolate" (unos bomboncitos deliciosos), semillas de marañón (que ya ni recuerdo como eran, pero sé que me encantaban) y naranjas confitadas (que tenían un nombre del que no me acuerdo). Son tan lejanos esos recuerdos que ya no se si son reales o sólo los he soñado.
También recuerdo como íbamos a la misa del gallo, por aquel entonces, viviendo en la calle San Lázaro, solíamos ir a la Iglesia de la Inmaculada o la del Carmen (esta última me gustaba más). Cada 24 de diciembre salíamos mi madre, mi tía y yo, casi a escondidas, como conspiradoras, siempre con la advertencia - que yo desoí y en buen lío me metí una vez, ya lo contaré en otra ocasión - de que no mencionara nada en la escuela.
Para mí esa visita a la iglesia era una fiesta: allí si que había un arbol inmenso y luminoso, y un nacimiento con todos los detalles. En cambio en mi casa, donde según me contaban acostumbraban a poner pinos de verdad en tiempos más felices para mi familia - que no era para nada burguesa, mas bien todo lo contrario - sólo quedaban algunas bolas y guirnaldas, huérfanas de ramas a las que adornar.
Cuando nació mi hija en el 88 aún estaba vigente la cacería de brujas (es decir, de católicos y religiosos en general), por lo que su bautizo fue también a escondidas. Pero un año después empezaban a reaparecer los arbolitos, incluso en los centros de trabajo. Aun no había "shopping", ni estaba "despenalizado" el dólar, pero me hablaron de un artesano que hacía arbolitos con escobillas de limpiar el baño - que eran verdes y alargadas, de modo que el las convertía en ramas. Allá fui yo rauda y veloz a encargarle uno, y en diciembre del 89, cuando la nena tenía casi dos años (nació en enero), tuvimos nuestro primer arbolito navideño, adornado con tristes bolas desteñidas y medio iluminado por cuatro bombillos aún sanos de la vieja guirnalda. Cinco años después pude sustituirlo por uno de "shopping", chiquitico, que poníamos sobre una mesita de esquina.
Ahora tengo este que les retrato, comprado en "los chinos" que se va un poco de lao, pero me hace ilusión ponerlo y adornarlo. Y la próxima Noche Buena, como cada año desde que estamos aquí, después de la cena - a la cubana, claro - nos iremos tiritando a la misa de medianoche en la iglesia de San Juan, aunque este cura no hable como los que están en Cuba (que también son españoles, casi todos), ¿se inspirarán más en el Caribe? ¿O es por la necesidad de consuelo que allí tenemos? Aunque no es menos la que, por otros motivos, seguimos teniendo aquí.
Este recuento pre-navideño me lo ha inspirado Yoani con su post de ayer. Yo en mi comentario le he deseado que para esta ocasión su mesa pueda estar llena de buena comida - lo cual allá ya es casi un milagro - con toda la familia reunida, incluido su tío Adolfo Fernández Saínz, uno de los presos de la primavera negra. Quiero escribir sobre él, porque fuimos compañeros de trabajo si bien coincidimos muy poco, pero se me hace difícil, imaginando todo lo que debe estar sufriendo y conociéndolo yo tan poco que no puedo dármelas de amiga suya, ni mucho menos. De todas formas, pienso que se lo debo, y lo haré, pues no es de los más mencionados entre los 75. Pido a Dios por él y todos los demás, que puedan estar pronto libres, o al menos fuera de las cárceles horribles, junto a sus familias.
También recuerdo como íbamos a la misa del gallo, por aquel entonces, viviendo en la calle San Lázaro, solíamos ir a la Iglesia de la Inmaculada o la del Carmen (esta última me gustaba más). Cada 24 de diciembre salíamos mi madre, mi tía y yo, casi a escondidas, como conspiradoras, siempre con la advertencia - que yo desoí y en buen lío me metí una vez, ya lo contaré en otra ocasión - de que no mencionara nada en la escuela.
Para mí esa visita a la iglesia era una fiesta: allí si que había un arbol inmenso y luminoso, y un nacimiento con todos los detalles. En cambio en mi casa, donde según me contaban acostumbraban a poner pinos de verdad en tiempos más felices para mi familia - que no era para nada burguesa, mas bien todo lo contrario - sólo quedaban algunas bolas y guirnaldas, huérfanas de ramas a las que adornar.
Cuando nació mi hija en el 88 aún estaba vigente la cacería de brujas (es decir, de católicos y religiosos en general), por lo que su bautizo fue también a escondidas. Pero un año después empezaban a reaparecer los arbolitos, incluso en los centros de trabajo. Aun no había "shopping", ni estaba "despenalizado" el dólar, pero me hablaron de un artesano que hacía arbolitos con escobillas de limpiar el baño - que eran verdes y alargadas, de modo que el las convertía en ramas. Allá fui yo rauda y veloz a encargarle uno, y en diciembre del 89, cuando la nena tenía casi dos años (nació en enero), tuvimos nuestro primer arbolito navideño, adornado con tristes bolas desteñidas y medio iluminado por cuatro bombillos aún sanos de la vieja guirnalda. Cinco años después pude sustituirlo por uno de "shopping", chiquitico, que poníamos sobre una mesita de esquina.
Ahora tengo este que les retrato, comprado en "los chinos" que se va un poco de lao, pero me hace ilusión ponerlo y adornarlo. Y la próxima Noche Buena, como cada año desde que estamos aquí, después de la cena - a la cubana, claro - nos iremos tiritando a la misa de medianoche en la iglesia de San Juan, aunque este cura no hable como los que están en Cuba (que también son españoles, casi todos), ¿se inspirarán más en el Caribe? ¿O es por la necesidad de consuelo que allí tenemos? Aunque no es menos la que, por otros motivos, seguimos teniendo aquí.
Este recuento pre-navideño me lo ha inspirado Yoani con su post de ayer. Yo en mi comentario le he deseado que para esta ocasión su mesa pueda estar llena de buena comida - lo cual allá ya es casi un milagro - con toda la familia reunida, incluido su tío Adolfo Fernández Saínz, uno de los presos de la primavera negra. Quiero escribir sobre él, porque fuimos compañeros de trabajo si bien coincidimos muy poco, pero se me hace difícil, imaginando todo lo que debe estar sufriendo y conociéndolo yo tan poco que no puedo dármelas de amiga suya, ni mucho menos. De todas formas, pienso que se lo debo, y lo haré, pues no es de los más mencionados entre los 75. Pido a Dios por él y todos los demás, que puedan estar pronto libres, o al menos fuera de las cárceles horribles, junto a sus familias.
Ayer también leí las impresiones de Ivis que está ahora en La Habana y se topó con Yoani, vio que no era una marciana, y que se siente sola y amenazada, como es de esperar. Por eso, a pesar de los troll y de todos los comentarios absurdos en su blog, yo le sigo comentando a cada uno de sus magistrales posts, y me hago eco de ellos a menudo. Desde aquí, aunque no lo lea, le digo que estoy con ella, cosa que es fácil desde este lado, pero es todo lo que puedo hacer.
10 comentarios:
Hola Rosita, dejame presentarme soy la Y (Yuriria), mexicana de nacimiento, pero con corazón cubano por adopción...y no creas que tengo mucha sangre cubana en mis venas, aunque según mi amá, los papás de su abuelita eran cubanos (uyyy)...
El amor a Cuba me viene de mi apá, quien no hace más que soñar en visitar algún día la isla. Además de que toda su vida ha puesto ene el reproductor de la casa, la ya famosa música de compay segundo....Me da un placer leerte, y aunque ya lo había hecho antes clandestinamente, nunca me atreví a dejarte un comentario....
Es un placer, te seguiré leyendo, salep????
Hola Yuriria, que placer tenerte de visita por acá. Así que vienes siendo biznieta de cubanos, mira lo que son las cosas. Compay Segundo si señor, magnífico representante de nuestra música más auténtica. Bueno, ya te conozco un poco de verte en el blog de Dianita, y en las fotos que puso del Baby shower estás divina con esa pancita tan hermosa. Gracias por la visita, y un beso a tu papá de mi parte. Cuando podamos ir a La Habana a celebrar la extinción de los tiranosaurios vamos a tener que hacer un guateque cubano-mexicano. Que alegría me da solo de pensarlo. Un abrazote,
Rosa
Que si Rosi, que si, que ojala tenga la comida, la esperanza y las palabras suficientes para seguir adelante.
Ella tiene un valor tremendo para nosotros.
Rosita. Precioso lo que escribes como siempre, casi me sentia al lado tuyo en la iglesia, viendo todo tal como tu lo veias, me encanto! Ojala como dices en la mesa de muchos cubanos este la cena completa. Tu pinito este re lindo. Me has inspirado con la navidad y eso que desde hace muchos años dejo de gustarme... Saludos y un abrazo amiga
Hola Rosita, he llegado aqui por el post de Diliviru... francamente tu post me ha hecho reflexionar mucho de que tenemos todo y muchas veces no lo valoramos. Tu arbolito esta muy bonito, por que esta hecho con todo el amor, la ilusión y la esperanza... Te mando un fuerte abrazo y por acá nos seguiremos leyendo.
Precioso tu arbolito Rosie, yo no pondre ninguno este año, no tengo ganas, ya ni espiritu Navideño tengo.
Nuestra Yoani que tremenda mujer es, ya quisieran muchos hombres tenerlos tan bien puestos como ella, que Dios nos la ampare!
Besos
¡Hola Rosi! Qué arbolito más lindo, chica. Yo no alcancé las uvas (vine a comerlas por primera vez en La Yuma), ni las semillas de marañón. En cuanto a los besitos de chocolate, sólo los conseguíamos en el Lenin. Y sí, creo que muchos íbamos de clandestinos a la misa del gallo, que generalmente estaba bastante concurrida. La Iglesia del Carmen, como bien dices, es de las más preciosas, con aquel nacimiento de tamaño natural.
¡Lo mejor para Yoani en este año que ahorita empieza! Y para todos los blogueros que cada día ponen una piececita más en ese gran rompecabezas que es la historia cubana dispersa por el mundo...
Dianita, me alegra haberte inspirado para celebrar de nuevo la Navidad. No creas, yo también he tenido épocas de desgano navideño, pero intento ver y recordar lo bueno. Después de todo, el significado más profundo y bello de esta época es el amor a la humanidad.
Luna, que bien tenerte a ti también por acá! Me alegra haberte hecho reflexionar, esa es otra de mis intenciones, si nosotros hemos tenido que tragarnos esta maldición, al menos que se libren otros. Bienvenida a este pedacito de Cuba libre, amiga.
Aseres, Vana y Tessy, se que como yo desean lo mejor para nuestra gente, y algún día tendrá que llegar. Besos y abrazos a todos, gracias mil por las visitas y el aliento, no saben cuanto lo valoro.
Hola Rosa: me alegro que tengas un arbolito de Navidad, yo pongo uno pequeñito encima de la chimenea, que compré en Leroy Merlin. Y pongo un bello Nacimiento, que compré el año de mi matrimonio, ya hace 11 años.Yo no lo pude vivir en Cuba, pues me educaron en el comunismo y por lo tanto no pude participar de la Misa del Gallo hasta el año 89,en que fui con una amiga y su familia.Y fui feliz en esa noche por poder participar de la Navidad como una bautizada más (cosa que hicieron mis tíos, ya a escondidas de mis padres,pues yo también nací n el 62).
Dentro de unos días podré poner fotos de mi Nacimiento en mi blog, esparo que les guste.
Sobre las semillas de marañón: se llaman anacardo y se venden ya fritos, son muy ricos.Yo los uso para hacer platos chinos e hindúes (o indios).Aquí se los comen como frutos secos, como las pipas y esas cosas.
Espero que en la Isla hayan mejoras estas Navidades y sobre todo que haya apertura.Que muchos niños puedan conocer a ese niño que nació en Belén y vino a darnos el amor de Dios. Besos a todos los visitantes y bendiciones.
Muy bonito este post. Recuerdo que cuando llegue ha este pais, para mis primeras navidades y aun con veinte necesidades, compre un arbol de navidad tan grande que cuando le puse la estrella en el tope llegaba al techo del apartamento. Era tanta la necesidad de festejar esta fecha tan bella que se me fue la mano.
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