Teresa Dovalpage

Por estas cosas divinas que tienen los blogs, gracias a Belascoaín y Neptuno, esa maravillosa esquina de la Habana bloguera, he tenido el placer inmenso de "conocer" aunque sea virtualmente, a esta amiga que anduvo por caminos tan cercanos a los míos allá en la ciudad de nuestros amores sin que jamás nos cruzáramos por esas calles que andaremos (o no) nuevamente. Estoy esperando que me lleguen un par de libros suyos que ya están en camino, y que seguro que no me van a dejar dormir, pero me desvelaré gozosa y sin quejarme, que para mí no hay mejor fiesta que una buena lectura.




Para hacer boca me metí a rebuscar en su web - a ver cuando nos hace un blog, que seguro que será de los mejores - y les confieso que aunque tenia prisa me leí en pantalla de un tirón "La hija de la Llorona", que me ha dejado llorando a mares, como una tonta. El personaje central, una cubana ex maestra y luego jinetera "a mucha honra", después balsera y atormentada por la culpa, que al final recibe una cierta ayuda "sobrenatural" es toda una semblanza de la Cuba maltrecha pero orgullosa - en el mejor sentido - de la que venimos. Que habilidad para transformar nuestros traumas en obras de arte, ya me gustaría a mi poder hacerlo. Creo que el secreto está en su singular sentido del humor y su desparpajo tan cubiche.


Les pongo el enlace directo a la obra en línea para quienes quieran disfrutarla, y si quieren conocerla más, no dejen de pasar por su página. Digo como Calviño. "Vale la pena".