Antes de iniciar este comentario, debo admitir que he sido siempre una devoradora de libros – y no de cualquier libro, sino de aquellos que me atrapan y que no puedo soltar hasta que me caigo de sueño, sólo para levantarme obsesionada al día siguiente, dejando a un lado cosas importantes para seguir con mi lectura. También es cierto que con el tiempo he aprendido a “disfrutar” de otras lecturas más tranquilas, pero la pasión adolescente se enciende de nuevo cada vez que me encuentro con un escritor o escritora de esos que “conversan” con el lector y se apoderan de su subconsciente, bien sea porque le permiten descubrir un mundo desconocido, o porque, como en el caso de Teresa Dovalpage, le arrastran hacia un laberinto no por conocido menos espeluznante. De modo que me he pasado este fin de semana "poseída".
Las Posesas de Teresa, prisioneras en esa cárcel a cielo abierto que es "la infinita" en su infortunio, que no cuentan siquiera con el desahogo del sexo, única libertad permitida (y no siempre) en un país donde se controla al ser humano más allá de lo que parece humanamente posible, son cuatro furias que se revuelven en su celda oscura – literalmente, gracias a uno de esos cotidianos apagones “nuestros de cada día” – atacándose rabiosamente unas a otras y mostrándonos sus más íntimos y mezquinos pensamientos, tan enajenados y enajenantes como la propia realidad circundante, que sólo es creíble para quienes por desgracia la hemos vivido o visto muy de cerca.
A través de los diálogos agresivos y los monólogos introspectivos de estas cuatro generaciones de féminas por momentos trastocadas en furibundas arpías, la Tessy – como me cuenta que la llamaban en la Facultad de Lenguas donde a todos nos “anglizaban” el nombre – nos muestra sin tapujos ni disimulo la amargura de esas vidas desperdiciadas en la inopia de la espera sin esperanzas, sin luz al final del túnel, como no sea la huida, esa que no todo el que quiere puede emprender (qué interesante sería ver cuántos se quedarían si pudieran de verdad escoger!) al tiempo que nos hace descender a un abismo cada vez más tétrico, hasta llegar con la pequeña Beiya al más escalofriante circulo del dantesco escenario de la Cuba harapienta y maltratada del último medio siglo.
Un quinto personaje femenino omnipresente - aunque esté a 90 millas -cual caprichosa divinidad proveedora de la continuidad de la vida a través de los trasegados “fulas”, es también sumamente interesante, y representativo de la hipocresía camaleónica que caracteriza a los "triunfadores" del régimen, capaces de mudar de piel sin trauma alguno en cuanto se presenta la ocasión.
Recomiendo a todos la lectura de esta obra, singular y sincera, que en alguna crítica he visto catalogada como de "realismo sucio", como no puede menos que ser al reflejar una realidad casi tán sórdida como la del "Germinal" de Émile Zola, y que tiene para nosotros más allá del sufrimiento (tal vez algo masoquista) el encanto del sabor local que no queremos olvidar aunque nos cause dolor. A los amigos no cubanos (o a los que siéndolo, se libraron del desastre a tiempo) tal vez no les resulte fácil entender todos los diálogos y descripciones, pero les arrojará también luz sobre las situaciones absurdas y denigrantes por las que tanto chillamos los que estamos ya fuera del jamo, a la vez que permite un recorrido nada ortodoxo por la historia de la isla, que como dice la propia Teresa en la contraportada de su libro, abarca: "desde principios del siglo XX hasta principios del XXI".
Poema a la despedida (un poema de Félix Luis Viera)
Hace 2 horas
6 comentarios:
Rosie:
Me has intrigado, ahora mismo ordeno ese tambien.
Con ese adelanto no hay quien se resista!!!!!!! me quedo intrigada yo también...
Pues si niñas, se disfruta y se sufre a un tiempo, pero vale la pena. Besos,
Rosa
Hola Rosi,
Germinal es uno de esos libros que no olvido nunca, algunos pasajes los recuerdos casi 'cinematografica-mente',
la muerte adentro de y afuera de uno mismo, el silencio grande que nos deja la muerte del otro... recuerdos así.
lo leí a los 20 y me gustaria repasarlo ahora de nuevo. Gracias por la sugerencia de "Las Posesas de Dovalpage" y por la comparación.
Saludos, tony.
Caramba, se me están poniendo las orejas grandes, grandes y tú verás que termino volando como un elefantito feliz con tantos elogios.
Eso de comparar mis cochineritos con Germinal me ha sacao los colores a la cara, muchacha, ya quisiera yo por un día de fiesta nacional, jajajá...
Tony, a mí también me impacta la muerte de Catalina, pero más que nada, el abrazo entre Negrelito y Etienne, siempre me sorprendió aquel rasgo en un realista cien por cien como Zola.
Pues yo leí Germinal hace tanto tiempo (como con 14 años) que casi no me acuerdo de los detalles, pero se que me dejó una impresión profunda y terrible. El libro de Tessy es más cercano a nosotros, por razones obvias, pero para mi igual de electrizante... Estoy tomando aire antes de meterme con el Murciano, no vaya a ser que me ahogue de tanta impresión, que esta muchacha es algo muy serio. No se la pierdan!!
Publicar un comentario