El escritor ruso, cuya obra "La Madre" estudiamos en la escuela como una de las grandes obras de la literatura universal (y no es que no lo sea) no podría imaginar que el argumento de su obra magistral podría verse repetido hasta la saciedad justo en el tipo de sistema al que el cantaba sus loas. Hoy nuestro Gorki (si, ya me lo apropio, porque me enorgullece su valor) se opone como el personaje Paul, a los que han hecho de su vida una cosa amorfa, gris y sin sentido. Para los literatos que quieran torturarse leyéndola (o releyendola, como en mi caso) aquí les dejo un enlace que acabo de encontrar. Para los que no tengan tiempo ni paciencia para leer tanto, aquí les dejo un fragmento abreviado (tomando solo lo que me pareció pertinente), para que vean por qué digo que Paul podría bien ser cualquiera de nuestros prisioneros y Pelagia cualquiera de nuestras Damas de Blanco (sin embargo el pobre Paul luchó y murió precisamente por esta maldición que hoy nos oprime):
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-¿Por qué haces eso, Paul? -preguntó.
Levantó él la cabeza, le lanzó una ojeada, y sin alzar la voz, tranquilamente, respondió:
-Quiero saber la verdad.
Su voz era baja pero firme, y sus ojos brillaban de obstinación. En su corazón, ella comprendió que su hijo se había consagrado para siempre a algo misterioso y terrible. Todo, en la vida, le había parecido inevitable: estaba acostumbrada a someterse sin reflexionar, y solamente se echó a llorar, dulcemente, sin encontrar palabras, el corazón oprimido por la pena y la angustia.
-¡No llores! -dijo Paul con voz tierna; pero a la madre le pareció que le decía adiós.
-Reflexiona, ¿qué vida es la nuestra? Tú tienes cuarenta años, y, sin embargo, ¿es que verdaderamente has vivido?
-¿Qué alegrías has conocido tú? ¿Puedes decirme qué ha habido de bueno en tu vida?
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-¿Es verdad eso, Paul?
-¡Sí! -respondía él con voz firme.
Y le hablaba de los que querían el bien del pueblo, que sembraban la verdad y a causa de ello eran acosados como bestias salvajes, encerrados en prisión, enviados al penal por los enemigos de la existencia.
-He conocido a estas gentes gritó- con ardor: son las mejores del mundo.
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No dejen de ver lo que escribe hoy Yoani, que con su habitual maestría ilustra lo ridículo y absurdo del delito del que se le acusa, que parece sacado de las mejores películas de ciencia ficción, pero que desafortunadamente es la realidad cotidiana de la isla.
Hay además en P.D. una iniciativa (Carta Abierta a Pablo Milanés) que me parece fabulosa. Y creo que también puede ser buena idea pasar por la página del Gorki y su grupo Porno para Ricardo y dejarles algún comentario y constancia de respaldo. Por lo menos dejemos de dar la espalda y ser cómplices del "silencio asesino".
A las (Anas de Armas) valientes corred!
Hace 7 horas
6 comentarios:
Parece que Gorki y Paul vuelven como un boomerang. Llevo unos días desaparecido, pero no dejo de seguirte! Saludos desde Catalunya!
Hola Miguel, gracias por la visita. La verdad es que la situación de Cuba es surrealista, te imaginas que alguien pueda detenerte porque te considere peligroso por decir lo que piensas? Y lo peor es que es así desde hace demasiado tiempo. Bueno, voy a verte por esos lares para cambiar de tema, que seguro que encuentro fotos lindas y cosas interesantes.
Por el derecho a decir de los cubanos y por las ganas tremendas de vencer el miedo para recuperar nuestro país.
g.a.
Gorki, el escritor era famoso por ser un tipo ácido. ;)
Son muchos los blogs que se han sumado al apoyo a Gorki. Se ve que hay un compromiso generalizado en apoyar las iniciativas que conlleven a una democratización del proceso cubano. Tolerancia, respeto al derecho a manifestar su opinion.
Saludos,
Al Godar
Pues si, para mi lo fundamental es la libertad de expresión que tanta falta nos hace, Al. Aseres, lo curioso es que la acidez de Gorki iba dirigida contra el capitalismo, decía que "los burgueses son una clase ociosa e inútil, almas muertas." Y lo que hemos comprobado es que la burguesía comunista es la peor de todas, porque solo viven ellos y asfixian a los demás. ¿Creen que Pablito o alguno de los otros se atreverán a mencionar la carta? Si lo hacen se arriesgan a caer en desgracia, de modo que lamentablemente no espero que ninguno se atreva. Sigamos igual haciendo ruido, al menos para que el que quiera oir que oiga.
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